Seis pasos proactivos para arreglar un conflicto
Los problemas se presentan siempre y en distintos grados, equipemos a nuestros hijos para enfrentarlos, su vida fluirá de manera más tranquila relajada y en armonía. La mejor forma de enseñar es con el ejemplo. Apliquemos estos simples pasos al resolver nuestros problemas con nuestros hijos y detallemos con ellos cada punto después de aplicarlos para que lo relacionen con la situación que se vivió. Y así, ellos estarán equipados para aplicarlos con el resto de sus relaciones.
- Lo cortés no quita lo valiente. Siempre digan lo que sienten, hablen de ustedes, de lo que les pasa y están experimentando, sean claros.
- El valiente y sabio va por delante. Eviten el “Me hiciste o me dijiste” y cámbienlo por “Me pasa esto o “me sentí de esta forma” Expresarse desde su ser ayuda a que el otro se abra.
- Observen su historia personal. Se trata de que detecten cuáles son los enfrentamientos recurrentes y si pelean por lo mismo tendrán que analizarlo para saber que hay debajo.
- Gánense el derecho a ser escuchados. Eso lo logran siendo mas asertivos y no enfrentándolo todo con reclamos y ofensas
- Hagan un corte diario de caja. ¿Cuántas trabas tuvieron? Y de esas, ¿en cuáles lograron construir o acordar algo y qué detonó que terminaran fatal? Todos cuentan: los que tengan en la calle, en el trabajo o en casa.
- En un apuro los dos pueden ganar. Platiquen y escuchen, abran su mente a lo que el otro tiene que decirles y quítenle la importancia a tener o no la razón.