estrechan los lazos familiares
La hora de la comida solía ser una “hora sagrada.” Padres e hijos se sentaban a comer juntos todos los días.
Este tiempo “en familia” era muy importante. Y todavía lo es. Aprovecha este espacio de las vacaciones para establecer este hábito antes de regresar a la complicación de horarios en el periodo escolar.
Los adolescentes en particular necesitan tiempo para mantenerse en contacto con los padres. Sin este tiempo especial, los lazos familiares se van debilitando. Los jóvenes sienten menos apoyo de sus padres, se interrumpe la comunicación entre padres e hijos y es más probable que se presenten conflictos y que el rendimiento escolar de su joven empeore. Y para los niños pequeños generar este canal de comunicación apoya la seguridad en sí mismos y su conexión con los padres y hermanos mejora.
Por eso, aprovechen la hora de la comida considerando los siguientes puntos:
Permanezcan sentados hasta que todos terminen de comer.