En una encuesta realizada a todos los miembros de la Asociación de Scouts de América, se le preguntó a los niños y jóvenes cuál era su principal preocupación y la respuesta más repetida fue: “Salir bien en las calificaciones de la escuela y en los deportes.”
¿Te has preguntado si estás poniendo mucha presión en tus hijos de una forma saludable?
Pregúntate lo siguiente:
¿Durante el juego criticas constantemente el comportamiento de tu hijo o te enfocas en la diversión que implica el haber participado?
¿Primero hablas de las preguntas que contestó mal o sobre lo que contestó bien?
NO hay nada malo en criticar las acciones de tu hijo, la clave es el balance. Los expertos dicen que brinda mayor aprendizaje enfatizar las cosas que hace correctamente en lugar de enfocarse en lo que falta. Utiliza la técnica de Retroalimentación Especifica Positiva, donde dices exactamente algo bueno que hizo y evitando utilizar el “PERO” que elimina cualquier comentario bueno anterior.
Ejemplo; en lugar de decir, “Gracias por recoger tu plato PERO se te olvido lavarlo”, dirías “Gracias por recoger tu plato, ¿podrías también lavarlo por favor?”